Proyecto KING: para fortalecer la relación entre padres e hijos y la adaptación

Contexto del estudio Unas 123 personas migran todos los días desde China continental a Hong Kong para reunirse con su familia. La migración de China continental a Hong Kong puede ser muy estresante. Las madres recién llegadas y sus hijos experimentan factores estresantes relacionados con la adaptación, como cambios en el estilo de vida, condiciones de vivienda insalubres y restricciones financieras familiares, y tienden a experimentar altos niveles de angustia psicológica.

Entre la población migrante de Hong Kong, un grupo particular se conoce como niños transfronterizos que se involucran en la migración cotidiana. La mayoría de los niños transfronterizos viven en Shenzhen con sus padres, que no son ciudadanos de Hong Kong. Para asistir a la escuela en Hong Kong, estos niños tienen que cruzar todos los días los controles fronterizos que conectan Hong Kong con China continental. Las familias con niños transfronterizos experimentan factores estresantes relacionados con la adaptación, como dificultades con el idioma, carga económica y estatus de ciudadanía poco claro. Estas familias tienen redes de apoyo social más débiles en Shenzhen y rara vez utilizan los servicios comunitarios en Hong Kong. Por lo tanto, las familias transfronterizas enfrentan múltiples desafíos y factores estresantes debido a su situación, lo que también los pone en alto riesgo de problemas de salud mental.

Objetivo de la regulación de las emociones Las familias recién llegadas y transfronterizas se enfrentan a problemas similares, como discriminación, estrés por aculturación, problemas de salud mental (p. ej., depresión). Todos estos problemas pueden dar lugar a conflictos familiares entre padres e hijos. Por ejemplo, las primeras entrevistas han revelado que el conflicto sobre el trabajo escolar y el rendimiento académico entre los niños y los padres podría amenazar la armonía familiar en general. Frustrados por su falta de estrategias de regulación de las emociones, los niños y los padres a menudo descargaron su ira y ansiedad entre ellos, lo que a veces condujo al abuso físico.

Estudios previos han demostrado que la identificación, comprensión, expresión, regulación y uso de las emociones son predictores importantes de la adaptación individual y se correlacionan positivamente con la salud mental (p. ej., felicidad y funcionamiento social). La regulación emocional y la salud mental de los padres pueden influir en la socialización emocional de sus hijos mediante la difusión a través del clima emocional familiar. Por lo tanto, una intervención comunitaria centrada en la regulación de las emociones podría ayudar a disminuir estos conflictos y mejorar la armonía familiar.

Consideraciones culturales y contextuales en la función de intervención La teoría del sistema familiar establece que las familias funcionan como sistemas individuales interdependientes en los que cada miembro puede influir en los demás. Se ha encontrado que los problemas emocionales de los niños están relacionados con las experiencias estresantes y los síntomas emocionales de sus padres. Por lo tanto, involucramos tanto a los padres como a los niños simultáneamente en la intervención para maximizar los beneficios de la intervención. El modelo de grupos paralelos es ampliamente defendido en la intervención basada en la familia, pero su implementación tiene cierto grado de dificultad. Un grupo paralelo comprende dos grupos de intervención simultáneos pero separados (p. ej., un grupo de niños junto con un grupo de padres); los participantes de los dos grupos se involucran en actividades similares en diferentes salas con objetivos y contenidos correspondientes. En comparación con una intervención solo para individuos, involucrar a miembros de la familia en una intervención basada en la familia puede generar mayores beneficios. Separar a los padres de los niños podría evitar que los niños tengan el control excesivo de sus padres y dejar que cada grupo se ocupe de sus propios problemas. El modelo de grupos paralelos se ha utilizado para tratar diferentes problemas en padres e hijos. Por ejemplo, un grupo paralelo de padres e hijos ayudó a mejorar el funcionamiento psicológico de las madres deprimidas, los cuidadores de las madres y los niños de familias inmigrantes latinas. Por lo tanto, el grupo paralelo de padres e hijos se considera un formato apropiado para abordar las necesidades de las familias transfronterizas. Dos estudios de intervención evaluaron la efectividad de las estrategias de regulación emocional en la relación padre-hijo. El programa de manejo emocional de los padres aumentó la estrategia de manejo emocional durante la interacción padre-hijo, el afecto positivo, la felicidad subjetiva, la satisfacción con la relación padre-hijo y la armonía familiar y disminuyó la emoción negativa entre las madres de niños de 6 a 8 años en Hong Kong. Sin embargo, este estudio no incluyó niños en la intervención. Una intervención grupal de regulación emocional paralela entre padres e hijos mejoró el afecto positivo, la resiliencia y la armonía familiar y redujo los síntomas depresivos entre padres e hijos. Sin embargo, este estudio no incluyó el grupo de control y tuvo un tamaño de muestra pequeño.

En resumen, el presente estudio tiene como objetivo probar la eficacia de una intervención de grupos paralelos de regulación emocional para fortalecer la relación entre padres e hijos y la adaptación en familias recién llegadas y transfronterizas en Hong Kong.